El 10 de diciembre conmemoramos los 75 años desde la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Este hito histórico consagra los derechos fundamentales de toda persona, promoviendo la igualdad, la dignidad y el respeto sin importar su origen, género, religión u orientación.
El tema central de este año, «Dignidad, Libertad y Justicia«, cobra una nueva relevancia en el contexto de la rápida evolución de las tecnologías, específicamente en el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA). Reconocemos el extraordinario potencial de la IA para aportar beneficios significativos a la humanidad, mejorando previsiones estratégicas, democratizando el acceso al conocimiento y acelerando avances científicos.
Sin embargo, este avance tecnológico conlleva una gran responsabilidad. La IA debe desarrollarse con atención especial a principios como la no discriminación, equidad, rendición de cuentas y transparencia. Además, se debe asegurar que la innovación tecnológica se alinee con la protección de derechos fundamentales, como la privacidad, la libertad de expresión y los derechos laborales, entre otros.
En este aniversario, destacamos la importancia de la promoción y protección de los derechos humanos, recordando que la lucha por un mundo más justo y equitativo también abarca el ámbito tecnológico.
Al integrar estos derechos en el desarrollo de la IA, no solo avanzamos en el progreso, sino que también aseguramos que este progreso sea ético y respetuoso con la dignidad humana.
Hoy, más que nunca, recordamos la importancia de la igualdad, la dignidad y el respeto para todas las personas en todo el mundo, tanto en el ámbito digital como en el mundo físico.
Carta escrita por Constanza Pasarin, asociada grupo Compliance.
