Las empresas que comiencen a desarrollar Inteligencia Artificial (IA) de este tipo, deberán ser diligentes en salvaguardar los derechos de propiedad intelectual de las personas.
Elon Musk lanzó el nuevo chatbot de Inteligencia Artificial “Grok”, con la que pretende competir con la famosa creación de OpenAI, ChatGPT. El modelo fue lanzado por la famosa empresa de Inteligencia Artificial, xAI de propiedad de Musk.
Como sabemos, el objetivo de este tipo de inteligencias digitales es la optimización de procesos y la mejora sustancial de la eficiencia en diversas áreas. Su capacidad para analizar grandes conjuntos de datos en tiempo real y aprender de patrones complejos permite la automatización de tareas repetitivas y la toma de decisiones de forma más rápida y precisa.
La nueva tecnología presenta diferencias con la aplicación de ChatGPT, ya que podrá tener acceso a la información en tiempo real, a través de la famosa plataforma de Elon Musk, X, más conocida anteriormente como Twitter.
En cualquier circunstancia, la expectativa es que Grok experimente un crecimiento continuo, integrándose en diversos aspectos para evolucionar hacia una IA que pueda expandirse de manera eficiente en distintos contextos y escenarios. En definitiva, la meta es proporcionar soluciones diferenciadas que se adapten de manera específica a las necesidades individuales de los usuarios.
La versión de prueba inicial del prototipo Grok está en fase beta, con solo dos meses de entrenamiento, y se ofrece para que un grupo exclusivo de usuarios lo evalúe antes de su lanzamiento más amplio por parte de la compañía.
A pesar del considerable camino que queda por delante en el desarrollo de estas tecnologías, resulta fascinante observar cómo emerge un nuevo competidor en la disputa por liderar el campo de la Inteligencia Artificial.
En este sentido, la creciente presencia de nuevos competidores en la industria tecnológica, especialmente en el ámbito de la IA, añade un nivel intrigante de dinamismo al panorama tecnológico.
La entrada de actores innovadores o gigantes tecnológicos, no solo fomenta la diversidad de enfoques y soluciones, sino que también impulsa la aceleración del progreso en este campo tan crucial. Con cada nuevo contendiente, se generan incentivos para la mejora continua, la búsqueda de avances disruptivos y la optimización constante de las capacidades de la Inteligencia Artificial.
Este escenario competitivo no solo beneficia a las empresas y desarrolladores, sino que también se traduce en mayores opciones y posibilidades para los usuarios finales, promoviendo así un ciclo de innovación y evolución tecnológica.
Sin perjuicio de lo anterior, gran parte de la información que sirve para dotar de conocimiento a estas plataformas es obtenido a través de internet, en donde se encuentra bastante contenido amparable por derechos de autor.
En este contexto, las empresas que comiencen a desarrollar Inteligencia Artificial de este tipo, deberán ser diligentes en salvaguardar los derechos de propiedad intelectual de las personas, especialmente en lo que respecta a los derechos de autor que proliferan en la red.
Por lo tanto, resulta fundamental la implementación de medidas sólidas y fuertes para respetar y proteger la propiedad intelectual, en donde se asegure que el uso de la información recopilada a través de internet o de cualquier otro medio digital cumpla con el respeto e integridad de los derechos de autor.
Este enfoque no solo fortalece la integridad legal de las empresas o personas naturales que crean Inteligencia Artificial, sino que también contribuye a la preservación y el respeto de los derechos de los creadores y titulares de propiedad intelectual en este gran entorno digital que continúa en desarrollo.
Para obtener más información sobre estos temas pueden contactar a:
Eugenio Gormáz | Socio | egormaz@az.cl
Fernanda Rodríguez | Asociada | frodriguez@az.cl